En general, las escuelas de conducción en el país ofrecen una instrucción similar. Ofrecen teoría y práctica integradas en un curso de conducción.
La gran mayoría practican ejercicios parecidos para aprender a afrontar situaciones de emergencia, esquivar otros vehículos, aprender a estacionar en el parking o hacer virajes.
Todo hace parte de una metodología didáctica que ayuda a los alumnos a aprender más fácilmente.
Sin embargo, la práctica es sólo un componente del curso, porque también se imparten clases teóricas sobre normas de seguridad vial e incluso sobre mecánica primordial. También se explican los principios básicos sobre cómo reacciona un coche y cómo debe actuar el conductor frente a ello.
Al principio del curso normalmente se dictan dos horas de clase teórica. Pero luego, cada escuela según su método decide si intercala o no las sesiones prácticas con las teóricas.
Teoría y práctica integradas en un curso de conducción
Cada escuela decide el método a seguir.
Algunas terminan toda la parte teórica y luego sí pasan a la práctica en pista. Muchas escuelas dejan conducir al alumno en el coche de enseñanza y deben seguir al monitor de la clase para observar cómo frena, a qué ritmo conduce, etc.
Es un método en ocasiones no muy adaptado a las necesidades del alumno. Todo debido a que no se tiene un instructor acompañante que vaya con él dentro del vehículo y le es muy difícil observarse si comete errores o ubica mal las manos en el timón.
Es muy difícil ser autocrítico en este tipo de metodología de enseñanza.
Por otra parte, hay escuelas donde en cada coche va un monitor con dos alumnos.
En este método, mientras uno de los alumnos conduce, el otro observa con atención las explicaciones del monitor. Verifica los aciertos o fallas del compañero de clase.
Aunque para algunos alumnos este método es algo incómodo y se sienten cohibidos, es cierto que resulta una de las mejores formas de aprender a conducir.
Este método facilita avanzar en las clases según el ritmo o nivel de avance de cada participante y a la vez, atender los puntos débiles de cada uno y trabajar en mejorarlos.