Son muchos y variados los alumnos que pasan por una escuela de manejo. Tienen diferentes perfiles, gustos, necesidades y variadas motivaciones para aprender a conducir.
Pero al final son tan fuertes que se convierten en el impulso para lograr el reto y superar sus miedos e inseguridades.
Si bien cada alumno es un mundo diferente, hay características comunes que permiten agruparlos según sus intereses y poder hacer un perfil más cercano que permitan conocer mejor sus necesidades.
Los motivos e intereses facilitan la clasificación y el poder entender sus necesidades del por qué quieren tomar un curso de conducción. Al final la motivación es el motor que impulsa para conseguir el objetivo.
Perfiles de alumnos y sus motivaciones para aprender a conducir
Los “obligados”
Normalmente son trabajadores de empresas que están reacios a hacer un curso de conducción. Usualmente la razón es porque llevan muchos años manejando una ambulancia, un camión o un coche. Inician siendo muy parcos o con el deseo de demostrar que ya todo lo saben. Sin embargo y con el pasar del tiempo, terminan son ellos mismos los que dicen que ojalá hubieran hecho el curso antes.
El aficionado a los coches
La gran mayoría de los que pertenecen a este grupo son jóvenes hasta los 30 años de edad y que su interés común es la pasión por los automóviles. Llegan pensando que dominan el tema, pero traen la mejor disposición para aprender. Siempre terminan el curso logrando su objetivo: conducir y mejorar sus habilidades.
Los que vienen en pareja
El novio que le encantan los coches lleva a su novia (también puede suceder lo contrario), que no está muy de acuerdo. Pero aunque llegan con prevención, al final son quienes más aprovechan la autoescuela y toman conciencia de la importancia de la conducción segura. Disfrutan los ejercicios prácticos como esquivar carros o situaciones de emergencia.
Quienes han vivido una mala experiencia
Son aquellos conductores que han vivido experiencias traumáticas, choques, siniestros, entre otros. Estas son sus motivaciones para aprender a conducir y entender qué fue lo que sucedió y sobre todo, para evitar que ocurra de nuevo este u otro suceso.