La conducción al igual que cualquier otra actividad, se inicia con una experiencia en la etapa de autoescuela y se va incrementando con el tiempo. Un primer acierto es elegir atinadamente a los maestros en cuestiones teóricas y prácticas, para aprender a conducir.
Estas primeras personas nos darán seguridad y serán nuestras guías en nuestro desempeño en la vía pública. Una correcta elección, en todas estas áreas, nos proporcionará un correcto manejo al volante. De la misma manera que buenos fundamentos y capacidad para tomar la de visión correcta, buscando priorizar la seguridad vial.
Empezando con lo teórico
El primer aspecto a evaluar, en la formación de un avezado conductor, es una correcta formación teórica. Las nuevas tecnologías también se han sumado a la seguridad vial y pueden ser útiles en la formación para conducir. La educación a distancia ha permitido que asistir a una autoescuela de manejo no tenga los tiempos como excusa.
En esta primera parte del aprendizaje de la conducción, la virtualidad permite “manejar” los tiempos para alcanzar el nivel necesario para la prueba teórica correspondiente. Profesores aptos, test que simulen los exámenes y otras pruebas que nos permitan alcanzar el ansiado carnet de conducir.
Prácticas para sumar experiencia
El tiempo necesario para aprender a conducir se encuentra dentro de un cúmulo de variables. Algunas pueden ser abordadas por el aprendiz y en otros casos dependerá de factores externos. Una vez que la parte teórica se encuentra firme debemos abordar la realidad de las prácticas.
En este paso solemos encontrarnos con dos variantes. La primera de ellas es el manejo virtual, mediante programas que “simulan” la ciudad y sus diferentes problemáticas. Muchas autoescuelas buscan con este método ganar en destreza y ritmo de aprendizaje, al evitar los nervios primarios de andar en la calle.
Una vez que hemos ganado en confianza, al conducir en un entorno seguro, llega el momento de salir a la “pista”. Los vehículos con doble comando entregan seguridad al aprendiz, aunque puede ser contraproducente si el instructor vive haciendo correcciones y hace ganar en nerviosismo al novel conductor.
Aunque aprendemos a lo largo de nuestra vida, sobre todo en las vivencias de aquellas situaciones extremas o inesperadas, el tiempo para aprender a conducir debe ser de 20 días o menos. Si hemos pasado esa fecha para dar el examen práctico, es un indicio que tenemos dificultades o temores de conducir en la vía pública.